
Como no tenemos que obtener relieves, el trazado de las líneas deberá ser muy nítido. Abriremos el cuero cortando la piel y perfilaremos los contornos de ese corte con la punta de un buril. Concluido el dibujo, teñiremos la pieza con sulfato de hierro, que luego podremos aclarar y matizar con anilina. El cosido será con tira de cuero; pero previamente habremos encolado los bordes de las dos piezas, para que la unión sea más firme. Un consejo: manejemos los tintes con la protección de unos guantes de goma, porque sus manchas son difíciles de eliminar.
1 Cortamos, con unas tijeras, el contorno de la pieza.
2 Fijamos el patrón con unos clips, y pasamos los dibujos sobre el cuerpo húmedo.

3 Con la punta del cortador, cortamos la superficie de la piel, para elevar
luego el dibujo.
4 Introducimos en el corte la punta del buril, y vamos levantando el cuero.
5 Repasamos así todas las líneas del dibujo, profundizando con el buril.
6 Humedecemos bien la superficie de las piezas, con ayuda de una esponja.
7 Aplicamos el colorante con la ayuda de un trozo de algodón.
8 Impregnamos bien con el colorante las superficies de las dos piezas.
9 Dejamos secar durante varias horas, durante las cuales el color aclarará un poco.
10 Untamos con un poco de cola blanca los bordes internos de las piezas, para
proceder a pegarlas.
11 Presionando las zonas untadas con cola, pegamos las dos piezas.
12 Con un sacabocados, perforamos siguiendo el borde del estuche.
13 Con una tira fina de cuero, efectuamos el cosido a través de las perforaciones del sacabocados.